MAGDALENAS

Me acuerdo que de pequeño íbamos con una vecina mía, -mi segunda madre-, a la tahona del pueblo a hacer magdalenas y ese olorcillo a bollo recién hecho lo tengo metido en el coco.

Debe ser cosa de cuando eres crío, que hay olores y sabores que se te quedan dentro y de vez en cuando salen a dar un paseo, o ves algo y eso te lo recuerda.

Pues eso, que nos vamos a hacer una buena tanda de "MADALENAS". Si, si, como suena, unas madalenas que te caes "patrás". Caseras, sin colorantes ni conservantes ni potingues raros que les meten.

Así que venga, id preparando los bártulos que nos metemos en harina y nunca mejor dicho.

Ya vereis que fácil.

Categoría: Dulces

Dificultad: Bueno, depende de si no metemos la pata en algún paso, aunque si seguimos los consejos del final, todo debe salir de maravilla. Vamos... Chupao.

Economía: Barato, barato. Que estamos en crisis.

Tiempo: Pues depende..., si nos da por entretenernos un poco o darle caña e ir rapidillo.

Ingredientes para 18 magdalenas, más o menos

Zumo de una naranja (una buena naranja de esas que dice Pepe)

Ralladura de la piel de la naranja de arriba.

200 g de huevos -el peso es sin cáscara, y son más o menos unos 4 huevos pequeños-

200 g de azúcar

200 g de aceite de oliva virgen extra de sabor suave

220 g de harina de repostería -no es bizcochona, sirve igualmente una harina normal-

1 pellizco de sal

1 sobre de levadura química para repostería, lo que conocemos como levadura Royal -en otros países, polvos para hornear-

Laboratorio

1.- En un recipiente que no esté frío, ponemos los huevos, el azúcar, y el zumo de la naranja. Lo mezclamos todo con una máquina de varillas o con las varillas de la batidora durante 6 minutos.

2.- A continuación vertemos el aceite en el bol y lo mezclamos otros 15 segundos, aproximadamente, con las varillas.

3.- Ahora agregamos la harina tamizada con un colador, la levadura y la sal. Lo mezclamos lo justo con la máquina de varillas, OJO: No lo batimos como al principio. Añadimos la ralladura de la naranja, y lo volvemos a remover todo suavemente. La dejamos reposar 30 minutos en el frigorífico.

4.-Vertemos la masa en los moldes de las magdalenas hasta medio centímetro del borde. No hace falta que pincelemos con aceite los papelillos, la masa no se pega.

5.-Mientras, precalentamos el horno a 250º C,  con el calor arriba y abajo.

6.-Antes de hornear, espolvoreamos las magdalenas con un poco de azúcar. Azúcar normal, no azúcar glas.

7.- Bajamos la temperatura del horno a 220º y horneamos durante 12-14 minutos, aproximadamente, calor arriba y abajo. Altura media, y sobre bandeja.

Atención: Vigilamos el horno para que no se quemen. Y muy muy muy importante: Mirarlas sin abrirlo. Como lo abráis se vendrán abajo. ¡Ojo! Cada horno es un mundo.

Trucos imprescindibles

• El bol en el que vayamos a trabajar no tiene que estar frío: eso lo conseguimos poniéndolo un rato con agua caliente. Cuando vayamos a empezar, tiramos el agua, lo secamos, y ponemos en él los ingredientes.
• Dejamos que la masa enfríe 30 minutos en el frigorífico antes de meterla en el horno.
• Pon el azúcar justo antes de meter las magdalenas en el horno, no antes.
• Llena los moldes hasta un dedo del borde, “Más o menos”.
• Mete los moldes de magdalenas dentro de unos moldes para muffins (los venden en ese sitio sueco de muebles y “almondigas”, donde el personal se queda frito en las camas y sofases), son aptos para el horno, o si no los tienes, dentro de unas flaneras metálicas. ¿Porqué? Pues parece ser que, con el calorcillo alrededor de la masa, la cosa sube más y mejor. Lo he intentado metiendo los papelillos dentro de una fuente Pyrex que aguanta bien el horno… y subir, sube, pero no tanto.

• El horno debe estar muy caliente. Precaliéntalo a 250º, y luego bájalo a 220º cuando metas las magdalenas. Yo no las horneo con aire, pero deberás intentarlo alguna vez para comprobar diferencias y ver si tus magdalenas responden mejor al horneado con aire.

Y ya está.

Espero que os salgan bien y que las probemos todos. Porque esas que véis ahí arriba, han volado entre el sábado y el domingo.