Esta receta también está sacada de un estuche de “pegcao congelao”, pero la he “trucao” un poco a la que la iba haciendo, pero la base es esa. No digo la marca porque el sponsor sigue sin soltar la gallina.
Ingredientes para cuatro personas; si sois más, a multiplicar, ¿menos? para el congelador o mejor avisáis a los vecinos y les vaciláis un poco.
• 1 Kg. de merluza, a ser posible unos lomos sin espinas
• 200 gramos de gambas; hay que pelarlas, aunque las venden congeladas y peladas, estas son las que voy a utilizar
• 1 cebolla
• 1 dl. de brandy (una copa generosa o medio vaso)
• 500 grs. de tomate frito casero (una lata)
• 1 dl. de nata líquida (medio vaso generoso)
• Aceite de oliva virgen extra del bueno (medida del aceite: “un chorro”, que equivale a cubrir el fondo de la sartén, cazuela o tartera. Queda claro ¿no?, pos eso)
Procedimiento
1.- Lavamos y quitamos las espinas del pescado y dejamos escurrir un ratillo.
2.- Descongelamos las gambas bajo un chorro de agua fría. Picamos la mitad en trocitos pequeños y los mezclamos con la salsa de tomate, el resto lo reservamos para decorar.
3.- Picamos la cebolla muy fina; ya sabéis mi truco de la picadora, también se puede hacer con el cuchillo, pero seguro que lloráis y no de pena.
4.- Ponemos un “chorro” de aceite en la tartera y sofreímos la cebollita hasta que esté transparente. A la vez precalentamos el horno a 180 grados.
5.- Pasamos los lomos de merluza un par de minutos por cada lado en la tartera a fuego lento, que no se quemen. Le añadimos ahí mismo el brandy y la nata líquida. Que cueza esos cuatro o cinco minutos.
6.- A continuación lo ponemos todo en una fuente para el horno y le añadimos la salsa de tomate con las gambas troceadas. Adornamos la fuente con el resto de gambas y lo horneamos durante quince minutos.
Para acompañar, una ensaladita de lechuga con lo que queráis.
Ale, a disfrutarlo.
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