martes, 22 de enero de 2013

Pizza de Espinacas con Salsa Blanca

Ok, día lluvioso, frío, gris.... ¿¿¿qué mejor que comer algo rico y suculento???
Aquí les traigo una rica y sencilla receta para hacer Espinacas con salsa blanca, las que en este caso usamos para una pizza, pero se pueden comer solas, como guarnición de carnes, o como se les ocurra!

Grado de dificultad: como diría Sara, "super super fácil"
Tiempo: unos 20 minutos para las espinacas con salsa blanca, más lo que corresponda para la pizza
Economía: no saqué un cálculo preciso, pero como no tiene ningún ingrediente de esos "medio ojo de la cara", diría que baratita.

Agradecimientos: especial agradecimiento a mi sobrina Lucila que me ayudó a cocinar la pizza, sacó las fotos, y lo más importante, me ayudó a comerla!!!  

Ingredientes (aproximados)
  • 250 g de espinacas congeladas 
  • 1 cebolla 
  • 100 g de manteca o margarina
  • 100 g de harina
  • 400 ml de leche
  • Sal
  • Pimienta
  • Nuez Moscada
  • 100 g de queso rallado
  • 1 masa de pizza (o prepizza)

Ok, vamos al grano:

1. Si de espinacas se trata, no hay nada que odie, deteste, aborrezca y desprecie más que estar lavando verduras de hoja. Por suerte (y como no debo ser la única), a alguien se le ocurrió la maravillosa idea de vender las espinacas ya lavaditas, escurriditas, y congeladas en porciones individuales. 
Entonces, lo que hicimos fue poner a cocinar al vapor unos 250 gr de espinacas, hasta que estén blanditas. Una vez listas, se escurre bien el agua y se reservan.
Si alguno sigue la tradición de la abuela, siéntase libre de comprar las espinacas frescas en el mercado y ponerse a lavarlas. A mí no me agarran ni loca.

 









 2. Como opcional, en este caso utilizamos una cebolla cortada chiquita y blanqueada para darle más gusto a las espinacas. No puse si cebolla grande, o chica, o mediana, porque es a gusto del consumidor. Si alguien no sabe qué es "blanquear" (en este momento se me ocurre una persona cuyo nombre empieza con "A" y termina con "gustina"), acá hay una buena explicación: http://elmundoculinariodefelipebarahona2.bligoo.es/tecnica-de-blanquear-la-cebolla. Como nosotras ya teníamos cebollas blanqueadas en el congelador, solo tuvimos que descongelarlas en el microondas.
 
3. Mientras se van cocinando las espinacas (y la cebolla), preparamos la salsa blanca. Y aquí tuve el problema (que también tenía mi abuela, y cualquier otro que cocine más o menos seguido) de que habitualmente preparo la salsa blanca "a ojo", sin estar midiendo los ingredientes. Pero ¡qué responsables que estuvimos con Luli!, que medimos y anotamos todo para poder pasarles la receta completita (a prueba de ingenieros, como diría mi amiga Ximena...) Y es que así como muchas veces cocino a ojo, me enferma encontrarme con una receta que quiero preparar por primera vez, y que diga cosas absurdas como "cantidad necesaria".... ¿Cuánto es cantidad necesaria? ¿Necesaria para qué? 
Ergo, para no repetir errores ajenos, acá van las medidas que utilizamos, para que pueda preparar la salsa hasta un neófito en la materia. Ya con la experiencia, se modificarán las proporciones hasta llegar al tan consabido "a ojo".

4. En definitiva: ponemos en una olla a derretir a fuego bajito unos 100 g de manteca o margarina. En nuestro caso, y por esas cosas de "¡cuidado con el colesterol!" usamos margarina, pero el gustito de la manteca tiene ese no sé qué.... 


 5. Una vez que la manteca está derretida, retiramos del fuego y agregamos 100 g de harina, y mezclamos todo hasta formar una pasta. De esa forma, cuando agreguemos la leche, no van a quedar grumos de harina.


6. Cuando está la pastita lista, empezamos a agregar despacito la leche, de a poquito y revolviendo bien, para que se vaya homogeneizando todo. Una vez hecho esto, llevamos la olla de nuevo al fuego.
Y a partir de ahí es cuestión de empezar a revolver y a revolver mientras se va cocinando la salsa, para que no se pegue en el fondo y evitar que se formen grumos. Esto tarda un rato dependiendo de cuan fuerte esté el fuego: el tiempo de cocción es inversamente proporcional a la intensidad del fuego (duh!), y la intensidad del fuego es directamente proporcional a la probabilidad de que se espese primero el fondo y se nos queme o se formen grumos. Así que paciencia, a poner el fuego bajito y revolver nomás. Nos daremos cuenta de que se empieza a espesar; en ese punto hay que bajar más el fuego, y revolver constantemente hasta que la salsa comience a hervir (sí, eso, que se vean burbujitas saliendo del seno de la salsa, o si no remitirse a la definición de ebullición: http://enciclopedia_universal.esacademic.com/32878/Ebullici%C3%B3n). 
En ese punto, habremos llegado al espesor final que tendrá la salsa. Si está muy espesa, (creo) que no hay nada que hacer. Igual, para esta receta, tiene que quedar espesita. Si está demasiado chirle, se puede espesar más disolviendo una cucharada de harina o maicena en un poquito de agua (para los ingenieros: una cucharada sopera de harina/maicena en 20 ml de agua), y echar esa mezcla a la salsa, revolviendo bien hasta que espese.


7. Ahora toca "sazonar la salsa blanca". En este punto, sepan disculparme los ingenieros, pero no tomamos medidas. Utilizamos el tan utilizado y poco descriptivo "sazonar a gusto", es decir, a gusto del cocinero, o en función de las limitaciones alimenticias por problemas de salud de los comensales. Agregamos sal, pimienta y nuez moscada, y revolvemos bien.
Hay una forma infalible de saber si está bien sazonada, aquí va la foto de Luli demostrándola: 


8. Cuando la salsa está lista, no hay más que mezclar en un bowl las espinacas escurridas, la cebolla blanqueada y la salsa blanca. 
Conviene volver a probar y corregir la sazón (siguiendo el "Método Luli") si fuera necesario.

 

9. Luego nos toca preparar la pizza. En un acto de arrojo, nosotras utilizamos una masa de pizza sin cocer, pero bien puede utilizarse una prepizza ya lista, o si se levantaron con tiempo y ganas, preparar una masa casera (ñam!). En nuesto caso, contábamos con las ganas pero no el tiempo, y por lo tanto utilizamos una masa ya preparada.

 

Simplemente extendemos la masa sobre un molde para pizza, desparramamos bien desparramaditas las espinacas con la salsa, y para darle un toque de distinción, en este caso pusimos sobre la pizza un poco de queso rallado. Los ingenieros remitirse al listado de ingredientes (obvio que me inventé la cantidad, porque no tengo ni idea de cuanto queso le pusimos).


10. Luego llevamos la pizza al horno (según las indicaciones de la masa, se debió precalentar por 10 minutos a 180ºC, pero si su masa dice otra cosa, háganle caso al paquete), y la cocinamos a unos 180-200 ºC por unos 10 a 15 minutos, hasta que la masa esté doradita (imagino que para eso debe servir el dejar un borde sin relleno, que otra razón no le encuentro...)

Resultado: ¡ÑAM! Solo queda la mejor parte de ponerse a cocinar: comer las delicias preparadas por nuestras hacendosas manos!!!!


Dependiendo de cuán gustosa se quiera la pizza, se puede utilizar toda la preparación de espinacas, o guardar una parte en alguno de nuestros muy queridos amigos tuppers (perdón Fernando, pero "taper" todavía me duele un poco...), para llevar al día siguiente para comer en el sótano.

Espero que les guste la receta, y ya me dirán cómo les salió.
Yo por lo menos me quedo contenta porque a Lucila le encantó, y esa es toda la valoración que necesito.


3 comentarios:

Anónimo dijo...

Gracias por pensar en mí, querida hermana, pero me hubiese gustado que tu mención no hiciese referencia a mi ignorancia culinaria. Y para el caso, acoto, ya sabía lo que era blanquear cebollas, taaaaaaaaannnnnn desastre no soy, che! Hermosas las fotos y la descripción del paso a paso... Me hubiese encantado estar ahí para compartir la preparación y la cena... La persona cuyo nombre empieza con "A" y termina con "gustina"... :D

Anónimo dijo...

Igual te digo que me asusté cuando dijo que empezaba con A...me relaje después cuando siguieron más letras que "ni" uyyyyyy que susto!! Se ve genial, besos, Ani

Anónimo dijo...

hahahah... Pues para la próxima puedes escribir de alguien que empiece con la letra "C" y termina con "arolina"... porque no tenía idea de lo que era "blanquear cebollas"! Y eso que cocino! Tampoco he podido acompañaros a comer la pizza, pero me parece deliciosa! Carol.